Sonrisa de Amélie
El afán por demostrar lo que quiero ser
viernes, 29 de octubre de 2010
Espejito de Sevilla
Luces escondidas
Nocturno y prófugo
de pensamientos delincuentes
que eclipsan mi libre soñar,
escribo estos versos
para darme cuenta
que hacia ninguna meta voy.
En penumbra por mis luces
me disuelvo entre arco iris dispersos
que nuncan sabrán
el verdadero secreto
en que me enredo hoy.
Lo cierto es que voy por carriles bicicleta
maquillando esa careta,
que a ritmo de burlas indiscretas,
me revela rescoldos de lo que soy.
Pues ni tú eres una bella durmiente
ni yo un príncipe de labios ardientes,
y no tenemos el don de lo indiferente
para descifrar las costuras de nuestra mente.
Por eso como no hay solución eficiente
me despido para que mi mente malvada
te conduzca a un mundo incoherente y moliente
con el que siempre soñaste en noches de encrucijadas
cuando te resignaste a que ya nada sería diferente.
lunes, 8 de febrero de 2010
Sólo porque sólo existes en esta página
Puedo decirte que nuestro río no es un río sino el camino de las lágrimas de la luna cuando amanece y tiene que esperar para verte, que tus patas de gallo ya fueron dibujadas por mi cuando me aburría en clase y soñaba contigo, que el suelo conspira contra aquellos que limpian tus pisadas, que si una paloma pone huevos en mi balcón, es porque sabe que algún día te tendrá allí delante y podrá pedirte que seas la madrina de sus hijos. Tengo que contarte que mis pelos no son rizados, que sólo se alborotan ante ti, nerviositos perdíos; que existen mosquitos de dos categorías, esos a los que su entorno les permite revolotear a tu vera, acariciar e incluso saborear tu piel y aquellos que ni te conocen o que viéndote de cerca olvidaron detenerse en tu figura, pobres insensatos; y que debería existir una ley universal para prohibirte soplar porque cada partícula del universo sufre cuando se aleja de ti.
Tengo que hablarte, no sólo mirarte, sé que conversamos, que en el aire nos encontramos. Pero el aire es sólo aire, tenemos que encontrar los vértices que unan nuestras locuras, buscarlos, investigarlos, dibujarlos. Pienso, y creo que con fundamentos, que el dibujo ya está marcado, únicamente hay que repasarlo y colorearlo, pero por lo visto nadie compró lápices de colores, ni siquiera de cera, nada de nada. Quizás nuestro dios, ese que entiende de emoción, no nos dio la facultad para manejar esas herramientas, puede que esté esperando a que compremos rotuladores para que esos dibujos no se borren nunca, pa que las golondrinas aprendan nuestros nombres y no los olviden nunca, nunca más...